martes, febrero 03, 2015

El camino hacia nuevos modelos de negocio y servicios.


Nuevas (Necesidades + Datos + Capacidades) = BIG DATA
¿Producirá el Big Data cambios en los modelos de negocio actuales? La pregunta solamente tiene una respuesta posible, SI SEGURO.

La mayoría de los sectores tienen modelos de negocio digamos tradicionales, los cuales podrían evolucionar notablemente con muy poco esfuerzo, gran determinación y gracias al apoyo de la tecnología. Los límites actuales son marcados por la ausencia de imaginación y la falta de determinación, pues como veremos más adelante hoy en día la tecnología permite avances que hace pocos años no habríamos podido ni imaginar.

Me vienen a la cabeza muchos casos de uso, soluciones para sectores como la energía, la distribución, los seguros, etc… Obviamente no soy un experto en dichos sectores, pero sabiendo que me gustaría esperar como cliente y conociendo algunas de las capacidades de la tecnología, puedo detectar posibles avances e imaginar nuevos modelos de relación con los clientes y el nacimiento de servicios de valor. Supongamos el sector del automóvil y acompáñenme en un humilde despliegue de imaginación y suposiciones, contados con pasión e ilusión.

En dicho sector vemos cada día nuevos avances y artilugios que nos permiten disfrutar del placer de conducir y que hacen muchas cosas por nosotros. Algo que habría sido ciencia ficción cuando viajaba en un Seat 124 ranchera con mis padres. Digo viajar puesto que cualquier trayecto de 40 kms era toda una aventura. Recordando cuando en un asiento trasero, tipo sofá (todo corrido de una pieza), iba  con tres hermanos más pegándonos mientras mi padre se desesperaba al volante. Con un perro entre las piernas o subiendo y bajando de la bandeja trasera.  Por supuesto sin cinturones de seguridad y cuando el aire acondicionado dependía de la altura a la que dejáramos la ventanilla. Ya casi no recordamos aquella época…

Ahora los vehículos pueden  encontrar solos un aparcamiento, realizar la maniobra de aparcar, detectar cuando nos estamos durmiendo, detectar obstáculos a decenas de metros en plena noche, reconocer señales de tráfico, tomar el control automático frenando para evitar un atropello, leernos el correo electrónico, tener conexión directa con google, el Siri, el CarPlay, luces automáticas, el sensor de lluvia, el control de velocidad y mil cosas más, incluso las nuevas pinturas que repelen la suciedad e incluso “arreglan” los arañazos.  Otros simplemente rompen con todos nuestros esquemas mentales, busquen en Youtube el prototipo de BMW GINA y continúen soñando.

Todo ello me encanta y, como muchos de vosotros, me gustaría tener un vehículo con muchas de estas tecnologías. Pero volviendo a la realidad ¿Podemos desear algo más los clientes? Yo por lo menos sí. Creo que olvidan el motivo por el cual compramos un coche, y que desde luego no me refiero a que el coche circule solo, pues me gusta conducir y mi mente no está preparada para ser pasivo en este sentido (tal vez cuando tenga más de ochenta años). Me refiero a la necesidad, a la experiencia y al modelo de relación con el cliente.

Me explico. Hoy en día los coches tienen infinidad de sensores e incluso cajas negras, dispositivos can-bus y otros artilugios que serían capaces de informar en tiempo real de cientos de parámetros asociados al motor y asociados a la pauta de conducta del conductor. Desde identificar al conductor, analizar su patrón de comportamiento al volante, el detectar cuando esta fallado algún componente, el registrar los kms. de uso del vehículo según el tipo de vía, detectar consumos no adecuados, detectar emisiones de contaminantes, de avisar del próximo mantenimiento e incluso la tecnología “lamentablemente” nos permitiría multar en tipo real excesos de velocidad sin necesidad de los radares actuales (eso que no se enteren en tráfico), eso por no hablar de evitar arrancar un coche bajo los efectos del alcohol y un largo e infinito mundo de servicios según nuestra imaginación. En definitiva un coche con un mundo de servicios a la carta y susceptible de ser contratado según nuestros deseos y posibilidades.

Sabiendo que todo ello es posible técnicamente, ¿Por qué tengo que comprar un coche?.  Las respuestas pueden ser muchas y variadas, pero creo que llegará un día en que compremos satisfacer necesidades y experiencias gracias al apoyo y capacidades de la tecnología. El obtener todos estos datos procedentes de los sensores y analizarlos, en tiempo real, es hoy en día factible, gracias al Big Data y al ecosistema que lo soporta. El adecuar el modelo de negocio a estos resultados y el convertir estos valiosos datos en beneficio para la marca y calidad del servicio para los clientes depende de la apuesta futura del sector y de otros factores o intereses que lógicamente no puedo conocer. Pues analizar por analizar vale de muy poco o de nada.

Espero ver algún día como me “venden” un servicio, no un coche. Poniendo a mi disposición un vehículo según mis necesidades, adaptando el precio mes a abonar por el mismo según corresponda con el uso, el trato u otros parámetros que pueden obtener sobre mi perfil como conductor. Entraré en ese “juego”, permitir mi monitorización, siempre que ese nuevo modelo de negocio se adapte a mis necesidades, dentro de unos parámetros y condiciones lógicas para ambas partes, lo cual me permita cambiar de vehículo según cambien mis necesidades, como por ejemplo: un vehículo más grande por el nacimiento de otro hijo.  Para que veáis que no es disparatado, es algo que ya hacen algunas compañías de seguros al monitorizar a los conductores noveles y fijando un precio determinado en su seguro según su perfil de riesgo.

Es factible un servicio que lleve el “Todo Incluido”, desde el mantenimiento pues el coche ya no sería mío en propiedad, el seguro del propio bien, etc… Sería algo parecido a un Renting  fino (sin opción de compra), a la medida y asequible para todos, pero basado en los datos sobre el uso, el comportamiento, el trato al vehículo, etc… ¿Estaríamos dispuestos a pagar más o una especie de tarifa por uso? Creo que sí. Si hacemos números el tener un coche es muy caro, no solamente el comprarlo, también el mantenerlo. Además bajo el modelo actual, uno tiene una cierta sensación de esclavitud cuando cambian tus necesidades o el coche te sale rana y no puedes hacer nada salvo empeñarte en otro nuevo coche.
Como simple consumidor creo que los fabricantes todavía no están explorando de forma eficaz estas vías, salvo el renting tradicional o el leasing sólo valido para empresas o pudientes. La única estrategia para los clientes normales es la aparición de segundas marcas posicionando vehículos “Low Cost”, vehículos con bastantes carencias y que en ocasiones nos retornan a los años ochenta.

El investigar este tipo de casos de uso, el recopilar todos estos datos, analizándolos juntos con los sistemas tradicionales, junto con análisis de notoriedad de la marca, escuchando las opiniones de los clientes en las redes sociales, etc… podría ser un revulsivo diferencial en un sector muy castigado por una crisis. En el peor de los escenarios podrían determinar si estos posibles modelos de negocio son viables o no, realizando simulaciones y predicciones.

El primer jugador de esta liga tecnológica y estratégica conseguirá romper las reglas tradicionales del juego. Declarando su liderazgo y consiguiendo, por su propia valía y flexibilidad, la deseada fidelización del cliente.

 

viernes, enero 30, 2015

Tras dos décadas de liderazgo del Data Warehouse en España: ¿Se encuentra en peligro por el efecto Houdini de Hadoop?

Tras dos décadas de liderazgo del Data Warehouse en España: ¿Se encuentra en peligro por el efecto Houdini de Hadoop?


En varias ocasiones me habéis preguntado sobre el futuro del Data Warehouse, preocupados por su posible evolución e incluso preguntando por su desaparición. Conviene recordar que la aparición del DW obedece a unas necesidades de negocio y, en especial, a unas necesidades técnicas que limitaban dar oportuna respuesta a las necesidades del negocio.
Para aquellos ajenos a estas artes o con poca experiencia en modelización de DW es razonable tener estas preocupaciones, sobre todo al escuchar esas “verdades a medias” de algunos fabricantes de productos BI (normalmente más departamentales, no plataformas) que presumen de no necesitar modelos de DW en sus presentaciones de herramienta. Aunque en dichas presentaciones siempre aparecen con datos perfectamente limpios ordenados y clasificados e incluso, como vi ayer en un evento, que presumían de no tener un DW pues leían de una base analítica (a saber que saco de datos tenían, pero algo tenían).

Algunas de las necesidades técnicas que comentábamos requieren, entre otras, integrar decenas de sistemas transaccionales, homogenizar conceptos, reorganizarlos, recodificarlos, etc…, algo que “al vuelo” y sin procesos serios de limpieza y transformación no es posible conseguir.
Otras presumen de generar modelos automáticos por arte de magia y desde hace unos años las preocupaciones vienen por la aparición del todo poderoso Hadoop y el BIG DATA, que debe ser como el “coco” que toda la vida nos han hablado de él, pero que nadie lo ha visto y pocos saben realmente que es. Sobre BIG DATA básicamente nos hablan con pasión de las tres “V” del Big Data y pocos encuentran la 4 “V”, el valor para el negocio… bueno ese será otro tema. 

Efectivamente tenemos un bombardeo continuo sobre los miles de millones de datos que se generan cada día, sobre el gran valor de dichos datos, sobre el potencial que esconden y sobre la imposibilidad técnica para procesarlos bajo los estándares o infraestructuras tradicionales. Asociado a este término, como si de un matrimonio se tratase, nos encontramos con nuestro salvador, Hadoop.
Hadoop, según nos cuentan, es como el gran Houdini. Hadoop es casi mágico pues permite disponer de todo lo que queramos. En un “saco” ponemos todo, dando igual cómo, y por arte de magia permite consultarlo. Bueno, pues no es exactamente así. Del mismo modo que Houdini no se llamaba así, era Erik Weisz, en Hadoop tampoco existe la magia. Se requiere mucho conocimiento de su ecosistema y muchos procesos para tratar los ficheros en su ingesta o en su procesamiento una vez dentro del HDFS.

Dotar a Hadoop de este tipo de capacidades no es real y encierra en sí mismo trampas que pueden llevar a tomar decisiones erróneas o meternos en la creación de nuevos escenarios informacionales que no cumplan con nuestras expectativas, básicamente por que parten de dichas creencias erróneas.
Sin entrar en mucho detalle hadoop es simplemente un Sistema de Ficheros Distribuidos (HDFS), alrededor del cual tenemos una batería de productos o herramientas que conforman un complejo ecosistema. Hadoop cumple su cometido y al no ser un sistema de gestión de base de datos no realiza algunos de los controles a las cuales estamos acostumbrados, como: la indexación, los insert de un registro, el borrado de un registro, etc… Aunque dentro de Ecosistema de Hadoop podremos encontrar diversas herramientas que nos permitirán hacer muchas cosas similares a lo que hacemos en las RDBMS, como el acceder a diversos ficheros como si de una tabla de base de datos se tratara a través de sentencias SQL más o menos estándares.

Desde mi punto de vista, lo mejor de Hadoop es la capacidad de almacenar cualquier tipo de dato (estructurado, semiestructurado o no estructurado), la capacidad en su “ingestación” y gracias al ecosistema que lo rodea, la capacidad de convertir, tratar o manipular esos datos en bruto hasta tenerlo en el formato o formatos deseados. La capacidad de disponer de los datos en un formato determinado pudiendo combinarlos rápida y eficazmente es digno de mención. Dando la sensación de que ya estaban preparados, cuando habitualmente solamente tenemos almacenado en un MetaStore la consulta deseada, la capacidad de los nodos del cluster de hadoop hacen el resto.
¿Todo esto implica o puede hacer desaparecer al Data Warehouse actual?

Aunque técnicamente hoy en día es posible poner un Data Warehouse dentro de Hadoop, lo veo poco probable e incluso poco lógico, aunque ya comentaremos este tema en otra ocasión. Personalmente creo que, por el momento, la existencia de Hadoop abre nuevas oportunidades al DW. Hoy por hoy es más lógico verlo como un elemento complementario al DW o como una nueva y valiosa fuente de información para enriquecer y flexibilizar los sistemas de BI.

Debemos aprovechar las bondades de cada uno, en Hadoop podemos procesar datos y estructuras que hasta hace poco eran impensables (logs, sensores, etc…), podemos hacer cálculos y manipulaciones de cientos de millones de registros en unos tiempos reducidos y podemos preparar información o datos para infinidad de necesidades, tanto de BI, como de Data Mining, etc...
Son tecnologías diferentes en sus objetivos que pueden ser complementarias y que lógicamente tienen capacidades y posibilidades que cruzan las barreras de ambos mundos. Por el momento no considero que el DW se encuentre en peligro. Del mismo modo que nadie se plantea mover los sistemas transaccionales a un Hadoop o del mismo modo que nadie se planteó usar el DW como el nuevo y limpio almacenamiento del día a día desmontando los sistemas transaccionales.

Espero y deseo que el BIG DATA y el Business Intelligence, junto con sus respectivos pilares el Hadoop y el DW, irán de la mano en la próxima década, aprovechando y compartiendo lo mejor de cada uno. Potenciados notablemente por nuevas funcionalidades de las herramientas, hasta ahora exclusivas de BI, que serán únicas y capaces de trabajar de forma trasparente sobre ambos entornos. Solamente debemos mirar como fabricantes como SAS, Tableau y otros muchos empiezan a sacar conectores o métodos para conectar con Hadoop a través de HIVE, Pig u otros productos del ecosistema.
Salu2,
Chema Arce (@ichemaarce)

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